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22.3.06

10 Claves para rentabilizar la inversión en marketing

Un resumen directo y claro de lo que debería saber y aplicar a la hora de plantear cualquier campaña de marketing. Recomendado a los que empiezan.
1. Dirige tus acciones a un público muy preciso: la era de llegar a “cuantos más, mejor” ha terminado. Las campañas dirigidas a públicos demasiado amplios tienden a desperdiciar impactos y a conseguir resultados superficiales. Es mejor llegar de modo certero a las personas clave, las que pueden consumir nuestro producto, que hacer que muchas personas conozcan nuestro nombre pero nunca lleguen a convertirse en clientes.

2. Difunde un mensaje breve, claro y directo: La saturación de mensajes a todas horas y en todos los soportes hace que los consumidores sean incapaces de recordar de manera clara más de un par de ideas o marcas. Para ser una de esas elegidas y llegar a introducirnos en la mente del consumidor sólo tenemos una oportunidad, así que no podemos desaprovecharla. Con ideas precisas y breves hacemos que nuestro público capte lo esencial, lo que le interesa, y esa claridad de ideas es la clave para ser recordados y permanecer en su mente por más tiempo.

3. Confía en los datos, pero no tengas miedo de innovar: existen multitud de empresas que nos aportan cifras de audiencia de medios, estudios de mercado, situaciones de consumo… nos ofrecen toda una serie de datos cuantitativos sobre nuestros públicos. Sin embargo, ¿dónde quedan la intuición y el deseo de hacer algo distinto? Las mejores campañas saben compaginar ambas perspectivas: los números nos marcan una senda, pero se trata de una referencia; dentro de ella o en sus márgenes siempre hay sitio para innovar y para ofrecerle al público algo distinto, que consiga que nos vea de una manera nueva. La creatividad es la llave que nos abre la puerta del éxito.

4. Optimiza la elección de medios: apuesta por la complementariedad y cuida el momento de recepción. No hay fórmulas mágicas para saber cuál es el instante preciso en que el público es más proclive a recibir publicidad, cada empresa debe tratar de averiguarlo. La clave es encontrar al receptor atento y con la mente abierta a nuestro mensaje. Debemos valorar, teniendo en cuenta nuestro producto, cuándo es el mejor momento para que el consumidor nos encuentre: ¿a primera hora del día o por la tarde? ¿solo o acompañado? ¿en la calle o en su casa? ¿en horas de trabajo o de ocio?. Una vez averiguado esto, es mucho más sencillo encontrar medios complementarios con los que llegar a él y lograr nuestro objetivo. (
¿Está utilizando imágenes con derechos y no lo sabe?)
5. Realiza evaluaciones constantes de cada elemento del mix de publicidad para valorar su efectividad: tanto si una campaña fracasa como si obtiene un éxito rotundo, es básico saber cuál de sus componentes ha sido el determinante. Acciones como comparar las ventas de un período de tiempo con los medios empleados en ese momento, realizar tests de recuerdo o incluso preguntar a los nuevos clientes cómo han llegado hasta nosotros nos ayudarán a decidir si cada una de las prácticas que empleamos es básica para aumentar nuestra rentabilidad o si es conveniente retirarla porque se trata de un gasto inútil. En ese caso será mejor sustituirla por otra que suponga una buena inversión.
6. En Marketing no todo es posible: En ocasiones pensamos que con una buena campaña de marketing todo es posible. Sin embargo, cuando el sentido común nos indica lo contrario es a él a quién debemos escuchar (
El plan de marketing: ¿cómo crear un plan de ventas y marketing?).
7. Crea imagen a la vez que vendes tu producto: sólo las grandes marcas, las que cuentan con presupuestos inagotables, pueden permitirse el llevar a cabo campañas centradas sólo en imagen o en producto. El resto, una inmensa mayoría, debe conjugar ambas vertientes. Al hacerlo hay que evitar caer en dos errores:
-Anteponer la estética al contenido, lo que hace que el mensaje sea visualmente muy atractivo pero que un momento después de verlo nadie recuerde de qué marca se trataba ni qué se estaba ofreciendo.
-Centrarse demasiado en la oferta, lo que hace que la empresa no se diferencie del resto y pierda con ello todo su valor de marca.
8. Externaliza parte del trabajo para no caer en la subjetividad: el tratar día tras día con los mismos problemas en la empresa conlleva que nos metamos tan dentro de ellos que perdamos perspectiva. En estos casos es bueno contar con análisis externos que nos aporten enfoques más objetivos que los nuestros, y puntos de vista que pueden habernos pasado desapercibidos. Hay que comprender que una mente que se sumerge por primera vez en nuestra empresa puede descubrir conceptos publicitarios que nosotros ni siquiera nos hemos planteado, precisamente por estar demasiado dentro de ellos.

9. Capta, pero no te olvides de fidelizar: a pesar de que la fidelización está en boca de todos, son pocas las empresas que la llevan a cabo de manera eficaz. Existe la idea de que la publicidad debe servir para captar clientes y el marketing directo para fidelizarlos, pero esto no tiene por qué ser así. Una buena campaña de marca, que cuide la imagen a la vez que se preocupa por dejar claras las ventajas de la empresa, no sólo sirve para conseguir nuevos clientes sino que además, o sobre todo, hace que quienes ya confiaron en la marca vean respaldada su decisión y no duden en volver a contar con ella
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10. Nunca pierdas la coherencia entre acciones y entre campañas: la evaluación constante, la búsqueda de los mejores medios y de la mejor imagen ante el público no debe ser un proceso puntual que cada vez que se lleve a cabo nos haga romper con todo lo anterior. Al contrario, se trata de una carrera de fondo, en la que hay que ir paso a paso mejorando, pero manteniendo nuestra esencia. Todas las empresas cuentan con una visión y unos valores concretos, invariables a lo largo del tiempo, y que deben mostrar en todas sus comunicaciones. Esta imagen sólida y positiva, con el tiempo se transforma en reputación, y la reputación es lo que hace que el cliente confíe en la empresa. Se trata de encontrar el equilibrio entre la creatividad y la identidad de la empresa, teniendo como clave el adaptarnos cada vez mejor a lo que el mercado nos demanda.

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